Me sorprendió gratamente la primera vez que preparé colinabo en rodajas finas cocinadas nada más que tostadas con pimienta negra y mantequilla. Los sabores eran terrosos, dulces y complejos y me comí un plato entero. Hacemos pasta con todo tipo de verduras (calabacín, zanahoria) y quería probar lo mismo con colinabo. Pensando en este manjar picante, decidí intentar hacer una versión del plato italiano cacio e pepe, que es básicamente pasta fresca cubierta con agua, queso y pimienta. Sabía que el colinabo no resistiría la agitación vigorosa ni requeriría almidón para la salsa cremosa, pero pensé que los sabores serían excelentes y este plato no me decepcionó. Lo acompañé con chuletas de cerdo a la parrilla con gastrique de durazno y una ensalada verde amarga. Tierra, bondad de verano. – disfrútala
Ingredientes
-
1
rutabaga bastante grande (en rodajas rinde alrededor de 4 tazas)
-
4 cucharadas
manteca
-
pimienta negra
-
3/4 taza
Parmigiano-Reggiano, rallado
-
1/4 taza
ricota salata
indicaciones
-
Pele el colinabo y córtelo en una forma que sea fácil de cortar en rodajas finas con una mandolina. Corté el mío en dos piezas en forma de ladrillo que hicieron que las formas fueran agradables y uniformes. Cortar las rodajas en fideos anchos.
-
Derrita 2 cucharadas de mantequilla en una sartén grande a fuego medio. Agregue el colinabo y una pizca de sal y cocine hasta que se ablanden. Aumente el fuego y cocine hasta que el agua se evapore y el colinabo comience a dorarse. Retire en un tazón.
-
Derrita la mantequilla restante en la sartén y muela una capa uniforme de pimienta negra medianamente gruesa en la sartén. Cocine por un minuto más o menos hasta que comience a fragar. Agregue unas cuantas cucharadas de agua, nabos y quesos y mezcle suavemente varias veces mientras el queso se derrite y el plato se une.