La dulzura de los tomates reliquia se intensifica cuando se cocinan en capas cremosas de cebolla caramelizada y ajo. El pan rallado fresco cubierto con tomillo y Parmigiano-Reggiano se derrite y se dora para crear una cubierta crujiente. Es delicioso con unas rebanadas de pan crujiente para absorber los jugos jugosos. – bruja de la cocina
Ingredientes
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3 libras de tomates maduros, cortados en rodajas de 1/3 de pulgada
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sal marina
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aceite de oliva virgen extra
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1 cebolla dulce grande, finamente picada
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2 tazas de pan rallado integral
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1 cucharada de ajo picado
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2 cucharaditas de miel
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Pimienta negra recién molida
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3 cucharaditas de hojas de tomillo fresco, picadas
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1 taza de Parmigiano-Reggiano recién rallado
indicaciones
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Espolvorea los tomates con abundante sal y escúrrelos en un colador.
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Precaliente el horno a 350 grados F. Engrase una bandeja para hornear poco profunda con aceite de oliva virgen extra.
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Caliente el aceite en una sartén grande a fuego medio. Agregue la cebolla y el ajo y cocine por unos cinco minutos o hasta que las cebollas estén transparentes, no doradas. Espolvorea con sal, pimienta y 1-1/2 cucharaditas de tomillo.
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Combine los tomates, la miel y la pimienta negra en un tazón grande.
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Agregue la mitad de la mezcla de cebolla al fondo de la sartén y extiéndala en una capa uniforme. Las mitades en capas de los tomates se superponen a las rodajas de tomate para que encajen. Sazone con pimienta negra recién molida y agregue el resto de la mezcla de cebolla, otra capa de tomate y pimienta negra recién molida.
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En un tazón mediano, combine el pan rallado, 2 cucharadas de aceite de oliva, 1-1/2 cucharadita de tomillo, queso, sal y pimienta. Revuelva hasta que todas las migas estén humedecidas. Extienda la mezcla de pan rallado uniformemente sobre el gratinado.
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Cocine durante 35-40 minutos hasta que las migas estén doradas y los tomates burbujeen. Servir caliente oa temperatura ambiente.